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En ocasiones, no damos la importancia suficiente a muchos aspectos de la vida de un niño. Según van creciendo se puede llegar a pensar que tienen casi las mismas necesidades de sueño o alimentación que un adulto sin caer en la cuenta de cómo esto puede afectar a su crecimiento tanto físico como intelectual.
Dependiendo de la edad, los niños deben dormir más o menos horas pero siempre superan las horas recomendadas de sueño para los adultos.
Pero..¿sois conscientes de las horas que tiene que dormir un niño o niña? Pues bien, los niños y las niñas tienen que descansar entre 10 y 12 horas diarias ya que esto hará que estén activos tanto física como psicológicamente.

 

Un buen descanso en la infancia es importante para desarrollar el crecimiento el cual es necesario para la salud física y psicológica del pequeño/a. Al ser un factor tan importante para dicho desarrollo, hay que tenerlo siempre presente e intentar hacer que este descanso se adapte a sus necesidades y a su edad, ya que con el paso del tiempo estas irán disminuyenbdo hasta la adolescencia.

¿Cuando un adulto no descansa las horas suficientes muestra poca atención, cansancio y falta de concentración? si, ¿verdad?,  pues a los pequeños y pequeñas les pasa lo mismo, si no descansan adecuadamente no estarán atentos ya sea en casa o en la escuela infantil y, en esta última, este factor hará que se dificulte la labor del educador o educadora infantil y el curso de las actividades propuestas para ese día.

EL DESCANSO

Para poder entender lo que es el sueño es necesario saber que este se consta de diferentes fases: en sueño NREM y en sueño REM.

Las fases son las siguientes:

TRASTORNOS DEL SUEÑO

Existen unos trastornos que hay que tener muy en cuenta ya que pueden dificultar que los más pequeños disfruten de un sueño saludable y que adquieran de forma adecuada los hábitos relacionados con  dicho sueño. Los niños y niñas, pueden tener problemas al dormir y para conciliar el sueño.             

Las disomnias y las parasomnias son las alteraciones más frecuentes.

DISOMNIAS

Son trastornos primarios de inicio o mantención del sueño, que provoca somnolencia excesiva y se caracterizan por una alteración en la cantidad y calidad del sueño al momento de dormir.

PARASOMNIAS

Son una serie de trastornos del sueño, que se producen a medida que el niño se queda 

dormido (vigilia), en su fase REM, y que llegan hasta el momento del despertar. 

¿QUÉ ES?

La terapia cognitiva conductual para el insomnio es un programa estructurado que ayudan a la persona a identificar y a reemplazar los pensamientos, así como las conductas que provocan o empeoran los problemas del sueño por hábitos que fomentan el sueño profundo. A diferencia de las pastillas para dormir, la TCC-I  ayuda al niño/a a superar las causas de fondo de los problemas de sueño.

 

La parte cognitiva de esta terapia le enseña a reconocer y cambiar las creencias que afectan a su capacidad de dormir. Este tipo de terapia puede ayudarle a controlar o eliminar los pensamientos negativos y las preocupaciones que le mantienen despierto.

La parte conductual de la terapia le ayuda a adquirir buenos hábitos de sueño y a evitar los comportamientos que le impiden dormir bien.

¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE TERAPIA?

Según las necesidades del pequeño/a, el terapeuta puede recomendar a los padres algunas de estas técnicas de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio:

Terapia de control del estímulo. Este método ayuda a eliminar los factores que condicionan la mente del niño/a para que se resista al sueño. Por ejemplo, podrá aprender a establecer un horario constante para acostarse y levantarse, a usar la cama solamente para dormir.

Restricción del sueño. Si el niño/a está recostado en la cama cuando está despierto puede convertirse en un hábito que produce un sueño deficiente. Este tratamiento reduce el tiempo que pasa en la cama, lo que produce la privación parcial del sueño y aumenta su cansancio la noche siguiente. Una vez que logra dormir mejor, se aumenta progresivamente el tiempo que pasa en la cama.

Higiene del sueño. Este método de terapia implica cambiar hábitos de estilo de vida básicos que influyen en el sueño. También consta de consejos que le ayudarán a dormir mejor, como maneras de relajarse una o dos horas antes de ir a dormir.

Mejora del entorno para dormir. Esto le ofrece maneras para que pueda crear un entorno cómodo para dormir.

Entrenamiento en relajación. Este método le ayuda a calmar la mente y el cuerpo.

Permanecer despierto de una manera pasiva. También conocida como «intención paradójica», esta terapia implica evitar cualquier esfuerzo por quedarse dormido. Paradójicamente, preocuparse por no poder dormir puede, en realidad, mantenerle despierto. Deshacerse de esta preocupación puede ayudarle a relajarse y a que le resulte más sencillo quedarse dormido

Biorretroalimentación. Este método le permite observar signos biológicos, como la frecuencia cardíaca y la tensión muscular, y le muestra cómo adaptarte a ellos. Es posible que el especialista del sueño le dé a los padres un dispositivo de biorretroalimentación para que se lo lleven al hogar a fin de grabar los patrones diarios del niño/a. Esta información puede ayudar a identificar los patrones que afectan al sueño.

El enfoque de tratamiento más eficaz puede combinar varios de estos métodos.

TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL PARA EL INSOMNIO

REFLEXIÓN PERSONAL

En primer lugar, considero que es necesario conocer la importancia de un buen descanso y cuántas son las horas necesarias que tiene que dormir un niño o niña y su disminución con el paso del tiempo.

Por otro lado, creo que los trastornos del sueño son más comunes en la infancia de los que creemos y, como consecuencia, en la edad adulta. Estos hacen que el desarrollo de los niños y las niñas se vea afectado de forma considerable y que no estén concentrados en su vida diaria. Por esto, es necesario que los padres y madres, así como los educadores y educadoras presten atención al pequeño/a en las horas de descanso por si se produce alguna alteración.

 

Considero que la sociedad no está muy informada acerca de estos trastornos del sueño y, por ello, no le otorgan la importancia necesaria. Pienso que es fundamental que se informe a los padres y madres de estos problemas a través de diferentes medios: internet, folletos, escuelas de familias, reuniones, etc.. En el módulo de “Intervención con familias y menores en riesgo social”, hemos tratado el tema de las escuelas de familia, y por eso creo que es un medio adecuado para transmitir información de estos trastornos. 

Por otro lado, me he informado de tratamientos para los trastornos del sueño y en la mayoría se utilizan fármacos para ayudar a los niños y niñas a conciliar el sueño y poder descansar. Recurrir al uso de estos medicamentos debe ser una opción secundaria y será mejor buscar alternativas que sean más naturales en lo que respecta a la forma de tratar el problema. Encontré la terapia cognitivo-conductual, y tras informarme de ella, creo que es una de las mejores alternativas que se pueden usar para tratar los trastornos intentando crear rutinas, eliminando pensamientos negativos que tengan los niños/as y aportándole pautas diferentes y favorables para su descanso. Además, creo que es bueno que las educadoras y educadores conozcan alternativas como esta para que puedan ayudar a los pequeños/as en el momento del descanso en la escuela infantil. 

Por último, y no por ello menos importante, tiene que existir una estrecha relación entre la escuela y las familias de aquellos niños/as que estén asistiendo a este tipo de terapias para intercambiar información y, de este modo, puedan continuar con las rutinas que el especialista les mande a hacer para ayudar al pequeño/a.

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